jueves, 10 de diciembre de 2020

 Intuiciones


Caminamos.


Cada tanto hacés un paso distinto

   -agregás un salto al sonreír-

y apretás mi mano

   -con suavidad, sí, pero apretás-,

cuando decís “nena” o “nene”.


En el bosque se pueden ver las fisonomías

de quienes todavía no han de nacer.


Nos espían

   por entre las hojas,

y habrán de acercarse

   de a poco

cuando ya no tengamos

         (ni ellos, ni nosotros)

este refugio de sueños.




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