domingo, 22 de noviembre de 2020

 Recopilaciones


La habitación de un telo que hoy se derrumba 

  (donde nos cobijábamos de la ciudad que nos atemorizaba

                                                               que nos expulsó 

                                                               que rechazamos).

Las caricias que reconozco desde el principio del tiempo.


…Suena ‘Escalera al cielo’, de Led Zeppelin.

¿Te acordás?


Una parte de la vida se fue con el tren de tantos días 

                                       hacia el laburo (gracias a Dios).

Una parte en el jardín que abandoné 

                                     y seguí habitando como un espíritu.


Me gustaría pedir perdón 

                        pero creo que es tarde.




domingo, 15 de noviembre de 2020

 
 

Eximiciones

 

Es una casa de tres plantas

en un hartazgo de salas, recámaras y salones;

con pasillos que -en apariencia- no conducen a ningún sitio en especial

que sólo existen para lucir sordidez

para confundir

y demorar el paso de un lugar a otro.

 

Falta revoque y pintura en algunas paredes

    -la obra fue abandonada sin terminar-.

 

Hay una habitación donde nunca entré.

 

Sé que ahí está "lo prohibido".

 

Sé que estás, ahí,

en ese lugar de la casa donde habito, hace años.

 

Desde un ventanal, el sol, al ponerse, resalta la puerta

su picaporte

el éxtasis del atrevimiento

y es entonces, después de contemplarla,

al momento de abrirla

cuando despierto al presente.

 

 


 

martes, 3 de noviembre de 2020

 

 
Rincones

La noche se emboza de nombres

                                                  y de historias.

 

Afuera acechan inspectores de ojos

entrenados para descubrir en cuencas ajenas

el aura de entes

                 que propagan sueños.

 

Esas voces

de forajidos

de perseguidos por el sistema

      (en función del peligro que representan

         por su capacidad de preguntar, "¿por qué?")

resuenan en el ambiente.

 

Llueve.

 

Un cartel dejó de gritar sus tonos

     para que las sombras de las casas, de los árboles,

      y de los postes de alumbrado

                                                            colmen la calle.

 

Mis manos dibujan trazos

    -no me atrevo a decir "propios"-

lo hacen en honor de quien -alguna vez- se atrevió a disentir;

lo hacen para indagar el rumbo de mi infancia,

                                                                          de mi gracia,

para delinear

      -merced a imágenes que llegan desde la inconsciencia-

el sendero a un mundo perdido.

 

El frío atraviesa la habitación, y el cuerpo,

                                                                  como los siglos.

 

Sólo cuestiona al silencio el sonido de las gotas

repicando en las chapas del techo

                 en las baldosas del patio

que suenan a un clamor

                                     a una letanía

                                                          al infinito.