miércoles, 10 de octubre de 2018

Resurrecciones

Te hablo
con la vehemencia por describir el sendero que recorrí,
aleteando durante antiguos pasos.

Suplico que escuches
            que hagas un alto
                                para abrazarte
padeciendo, incluso, la amenaza de que mi voz no llegará a tus oídos
                                ni mi tacto a la fragilidad de tus manos...

   -La belleza desata tormentas
    que ahogan amarguras y distancias
    con ráfagas de seducción.-

Tras caminar por habitaciones cargadas de sordidez
en nuestro lecho percibo tu aliento
  -párpados que dejan caer lágrimas de cristal
                                            para ser enjugadas con estos labios-
y enraizado en ondas de frío
emerge tu cuerpo

y crece

bajo luces que también han escapado
de lo invisible.


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