miércoles, 31 de enero de 2018

Faón

Por favor, ya no me ignores,

guardiana de mi cordura;

acercate

por tu gracia

         desde tu séquito de mujeres

         desde las musas.


Nada exijo.

Nada te reprocho.


Sólo imploro,

con un lenguaje semejante al que compartimos

en playas y prados.


No tengas miedo.


¿Qué podría pedir que no intuyas?

Sólo partir, ambos,

de heridas que declinan

de lamentos que emitimos hambrientos por celos.


¡Safo!

¡Soy yo!


Después del océano,

después de las cenizas,


como Vos.


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