Invasiones
Grita la montaña.
De lejos llegan carros de acero
con ogros
que lucen sonrisas afiladas en el espanto.
La nieve ha tapado las runas,
toda señal grabada en las piedras
donde descifrar un mensaje
donde ubicar el sendero que lleva al dorso del día;
(estoy en la frontera
entre mis latidos y aquel muro de vértigo…).
En el huerto
desnuda con tu cansancio
tus dedos
tus manos
exploran
al despertar
el lugar donde habita la alegría
y dibujan en la tierra la profundidad de un horizonte
coronado de estrellas, planetas y lunas
para diseñar un hechizo
para convocar hadas y genios
-un instante, al otro lado de la bondad-
con el propósito de asistir a los personajes de este mundo
donde las sombras se alargan.
“La vida también es carne…”. Escribís al pie de tu paisaje.
Los pájaros observan
y pronuncian frases a tu oído
con sílabas que escucharon en el bosque
entre las rocas
durante otros siglos.
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