jueves, 3 de diciembre de 2020

 Percepciones


Dormís –tu cabeza en mi hombro

               tan al margen, ambos, de tanta gente–;

yo intuyo el rosicler

tal vez entre los nubarrones, atrás de los edificios,

           desde la ventanilla que intento desempañar.


El colectivo se detiene junto a una esquina

donde nos abraza la lluvia

al pie de la dicha

   -es un paisaje de calles empedradas

    con casas que perdieron el color de sus frentes

    y los techos de chapas se aliaron con el óxido

    al guardar miles de historias-.


En este barrio, cerca del río, la magia es fértil…


Atentos a las hojas que bailan al viento

vagamos

en el encanto del secreto

de las gotas

cayendo

en una cadencia que la naturaleza elaboró durante siglos

para recuperar brillos perdidos

                                    al paso por el mundo.


Se trata de apreciar tonalidades que resultan claves

                            para reconocer aureolas de ángeles

                               y frases de dialectos…:

                                                                     “Per la libertà”.


Así, al confín de lo inmediato,

en el reflejo del agua que fluye por los adoquines

en cada charco

puedo distinguir tu linaje

escrito junto al mío…




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