Desgarros
Una noticia
que se escuchó por una radio de onda corta,
una carta,
una cita.
Peregrinar
como un espectro que viaja por las pupilas de quien lo contempla
con vestiduras de príncipe
tratando de apartar con una sonrisa la posibilidad concreta de ser aplastado
por un jinete de metal.
Camino entre puestos de una feria, entre pregones,
por las dársenas de un puerto
por calles donde se cierran todos los postigos.
Mientras el cuerpo empuja, requiere, absorbe…
en actos que debemos traspasar.
Ni un escudo, ni una bandera en el balcón,
pero está, en su silla, detrás del escritorio,
-La luz que llega desde una claraboya alcanza
para ver la mueca que esboza al decir "No"-.
El peso de la cordura.
El recuerdo de un barrilete hecho con papel de diario
con una cola de tela de algodón, verde y blanca, de Banfield.
Años después, la meta, el retorno.
Y enfrente el infinito
semejante a una marea de paciencia
que revive la piel.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario