Brisas
Ahora las hojas se mecen al roce de tus horas
y reniegan de la brisa.
Ahora preguntás a los molinos por el silbido de sus aspas;
por la sentencia de un consuelo.
Tal vez, el empeño -quien abrazó tus pasos-
te guíe a recorrer aquellos jardines
que regó la inocencia.
¿Quién sabe?
Mientras, esperás esa gota de dicha
que salpica desde un océano de maravillas:
el regreso del tiempo.
miércoles, 14 de agosto de 2019
Seducciones
No llegues todavía
con tus labios…
Al acecho, en el aire,
lo irrefrenable
lo imborrable.
No llegues todavía
con tus labios…
Al acecho, en el aire,
lo irrefrenable
lo imborrable.
Todo, cuanto rescatamos de esta historia,
ocupa, otra vez, el lugar de la impaciencia
de la clandestinidad
-como si fuésemos felinos oteando el horizonte-.
Ahora son tus manos,
ahí,
donde adivino el fin de la espera
-que pretendo demorar hasta el delirio-
reconociendo estos cuerpos
que se consumían en espacios de sí mismos.
Ilustración de Natalia Marina Barbieri, Óleo sobre tela.
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