Confines
Quedar
al ras de las horas
aferrando un vaso vacío.
Afuera la tormenta barre el campo
golpeando vidrios y ánimos
con sus ráfagas.
No hablar
ni de distancias ni de regresos.
Hay una luciérnaga
-en aquel
en este tiempo-;
su lumbre interpela aquello que parece inamovible
-lo que está, sin saberse cómo, ni por qué-;
ilumina lo que muta
porque Es.
Despertar
en el trance de un instante
procurando llevarte mis caricias
mis palabras
aferradas a la furia del viento.
al ras de las horas
aferrando un vaso vacío.
golpeando vidrios y ánimos
con sus ráfagas.
ni de distancias ni de regresos.
-en aquel
en este tiempo-;
su lumbre interpela aquello que parece inamovible
-lo que está, sin saberse cómo, ni por qué-;
ilumina lo que muta
porque Es.
en el trance de un instante
procurando llevarte mis caricias
mis palabras
aferradas a la furia del viento.
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