jueves, 2 de mayo de 2019
Arrebatos
Si a perdones se hace carne el delirio;
si con música tus suspiros desgarran reproches
y los cambian
por temblores de antaño,
-fruto de emociones gestadas en hospedajes
donde descubrimos el horizonte de toda simiente-;
entonces
con ráfagas de inmensidad
un contorno de paz resume atrevimientos
-postergados por deudas
e intemperies-
y crece la posibilidad de conjugar también la inquietud
todos los colores
y duplicarlos
ante la inminencia del ocaso
a través de inocencias
del asombro
en una canción que ahoga gritos, penas y desidia
al proclamar que el mundo es lugar de aprendizaje.
Observo.
Contemplo
y entiendo que una palabra puede detener el tiempo:
tu nombre.
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