Confesiones
¿A dónde ir?
Tu desnudez bebe cada poro de mí
en estertores
al calor que respiramos aunados
en roces de manos
de almas
de estos cuerpos…
Desde aquel día, cuando a la puerta de una nube
se nos antojó mirar hacia adentro
para encontrar dos criaturas plenas de infancia.
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