domingo, 24 de junio de 2018

Proclamas

Luz y sosiego
como un espejismo
al final de las heridas.

Tal vez porque la verdad hace y deshace anocheceres y ternuras
cada recuerdo
más allá de la entrega
de esplendores
del espanto…

¿Qué sobre el afán del reencuentro?

Es siempre la crudeza del hado
latente
hilando un desafío
para Ser
para perdurar en los nombres que ostentamos.

¿Ayudan los jazmines y aquel barquito de papel?

Los vaivenes de la duda cuestionan hasta la eternidad;
ahora los sueños parecen extinguidos
    (Nadie confiesa rendir culto a las ninfas
           ni invocar la inspiración de las musas).

Sin embargo
de espaldas al final
a la resignación
en ese barrio de casas e iglesias en blanco
distante de todo remanso
reafirmo Nuestro principio:
                                        aún Te anhelo.
                                     

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