Aficiones
Renunciar
al fresco de la lluvia
a contemplar el alba
pero nunca al sueño que nos unió
que nos pertenece.
—¿Qué de la lucha?
—Se hizo nido.
—Qué de tu cuerpo?
—Se hizo templo.
Ustedes
como si todo fuese en vano.
Nosotros
como si la nada pudiera ser gambeteada;
como si -sólo porque sí- valiera la pena intentarlo.
La ternura de querer nos redime en el desconsuelo.
Revivimos…