Líneas
Un laberinto de calles.
parecemos flotar sobre la humedad de los adoquines
alejándonos
de la negrura de puertas y ventanas
de cientos de zapatos que yacen desparramados
de automóviles en marcha…
igual
que en un tablero de ajedrez.
que revelan su
soberbia, su vanidad,
su violencia latente;
así como un faro
nos señala el peligro de una costa salpicada de escollos
donde pueden naufragar hasta naves tripuladas por ángeles.
atravesamos
un círculo de tinieblas
y otro
y otro más…
Bustos de bronce nos observan
sospechando marcas de utopía en
nuestros poros.
intuyendo árboles, libros e ideas…:
buscamos el infinito.